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No hay flores en la tumba de Virginia

francisco apaolaza

Legó su fortuna millonaria para pagar los estudios de los niños de Valverde de Júcar (Cuenca), pero murió sola. El portero descubrió el cadáver por el olor. A su entierro fueron quince vecinos, pero a la lectura del testamento asistieron cientos. «Era muy suya»

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